La psicomagia consiste en dar consejos para solucionar problemas, aplicando en forma no supersticiosa las técnicas de la magia. Los elementos con los que contamos son toda clase de actos simbólicos que podemos proponer a una persona.
Lo primero de lo que tenemos que ser conscientes es que cuando una persona tiene un problema hay que meterla en su problema, para que lo vea. Hay que llevarla al límite de su problema, no sacarla enseguida. Hay que realizar esos miedos y cuando están realizados, la angustia desaparece y la persona va a remontar. Si uno tiene miedo de algo, hay que enfrentarle a ese miedo. Esto no es algo original; pero es así: hay que poner a la persona frente a su angustia. A partir de ahí, hay métodos concretos para sacarla de su problema. En el caso de que una persona haya sufrido toda su vida, lo único que puede hacerse es dejarla morir y renacer de nuevo. Esto se hace metafóricamente, claro. Hay que cambiarle de nombre y hacerle una carta de visita nueva.
La psicomagia depende de soluciones creativas muy simples en las que yo no tengo ningún límite. Son cosas no agresivas, cosas benignas; jamás destructivas. Si enterramos algo debemos plantar algo. La miel es buena para todos. La creatividad no debe verse desde el lado del mal o desde la posibilidad de hacer mal, ¿comprendes? Porque la creatividad desde el mal se convierte en destructibilidad. Y la destructibilidad no es interesante.
viernes, 1 de diciembre de 2006
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